Nosotros somos la Historia... serie de otoño
... nosotros somos la historia que escribimos hoy, vibra en el Universo y será leída,...por siempre...
así comienza, la nueva serie de Otoño...
A menudo sufrimos y nos enfadamos por aquello que nos contamos sobre las personas que nos rodean y las situaciones que nos ocurren. ¿Por qué no probamos, a poner en duda nuestros relatos? No todo lo que sucede es tal cual lo pensamos, por mucho que queramos...
Nuestra vida se configura por una sucesión de momentos, marcados por vivencias y personas. Algunos de ellos nos influyen de forma determinante, mientras que otros pasan desapercibidos; aunque también están esos, esos, que dejan su huella de forma silenciosa sin que seamos conscientes de ellos…
Son historias, capítulos de nuestra trayectoria,... como el día que conseguimos aquello que nos propusimos y por lo que tanto luchamos,... nuestro primer amor, aquella reunión familiar que tanto disfrutamos o el nacimiento de nuestros hijos. Sin embargo, no solo la felicidad deja su rastro, también el dolor, la decepción o la tristeza,... como cuando tuvimos que decir adiós a quien aún queríamos, traicionaron nuestra confianza o una persona no se comportó como esperábamos.
De alguna u otra forma, todo lo que vivimos nos afecta y matiza nuestra forma de ver el mundo, que no es otra cosa que nuestra forma de construir la realidad, esa, esa en la que el lenguaje tiene uno de los papeles principales junto a la experiencia emocional.
“Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero yo me atrevo a agregar, que estamos hechos de historias”.
Un gran número de las experiencias que vivimos, quedan ancladas en nuestra mente a modo de recuerdo, sobre todo, aquellas que más nos impactaron a nivel emocional. Y es a través de los relatos como las describimos.
Se trata, de historias que creamos, a medida que las contamos, a partir de aquello que recordamos e interpretamos, en las que nosotros y, en algunas ocasiones, algunas personas más, somos los protagonistas.
A veces, estos relatos son monólogos internos, porque estamos solos. Y en ocasiones, son historias compartidas en conversaciones con otras personas. La cuestión es, que, de una u otra forma, son narraciones configuradas por nuestra forma de pensar y nuestro lenguaje e influenciadas, por el contexto y la cultura de los que formamos parte, puede que lo que nos genere tanto sufrimiento no sea lo que ha sucedido, sino lo que nos hemos imaginado y posteriormente narrado a nosotros mismos.
Si tenemos en cuenta que a todo lo que sucede a nuestro alrededor, le damos ese toque narrativo, a pesar de que no tengamos toda la información, la pregunta es:
¿por qué pensamos , que siempre tenemos la razón?
¿No será mejor dejar un espacio para la duda, para barajar otras opciones y posibilidades? Lo cierto es que sí. Ahora bien, esto no quiere decir que nos escudemos de forma permanente en la inseguridad, ya que de este modo no avanzaríamos, pero sí debemos contar con la posibilidad de equivocarnos, sobre todo ante los conflictos.
Esto es , al igual que dudamos del otro, también dudamos de nosotros mismos.
“Comprender que existen más puntos de vista además del propio es el principio de la sabiduría”.
Esta situación imaginativa nos sucede día a día, de diferentes formas. Tenemos la mala costumbre de suponer y juzgar a los demás, sin darles ni siquiera la oportunidad de explicarse. Y lo peor no es eso, sino que las historias que nos contamos sobre lo sucedido, algunas incluso, son merecedoras de un Oscar. Todo porque no barajamos la posibilidad de que existen otros puntos de vista y otras formas de vivir las situaciones.
La mayoría de las veces, lo hacemos de manera inconsciente, pero existen muchas personas, que eligen ser miopes en determinadas situaciones. Puede ser por orgullo, por evitar sufrir o por cualquier otro motivo, sin embargo sea por lo que sea, a la larga esto, no sale rentable. Al final terminamos sufriendo y pueden tambalearse nuestras relaciones con los demás.
No llevamos bien, eso de no saber, de lidiar con la incertidumbre, pero a veces no nos queda otra y tenemos que aceptarlo. Pretender dar respuesta a todo y además, de la forma que deseamos es autoengañarnos y mirar hacia nuestro propio ombligo.
No está mal cuidarse, establecer límites y ponerse como prioridad, también es recomendable ser humildes, saber que existen más personas con heridas y con otros puntos de vista a nuestro alrededor y reconocer, la gran inventiva que tenemos a través de nuestro pensamiento.
Por lo tanto, mucho cuidado con las historias que nos contamos, tanto con las felices como con las trágicas. Somos grandes expertos en contarnos cuentos…
¿No será mejor dejar un espacio para la duda, para barajar otras opciones y posibilidades? Lo cierto es que sí. Ahora bien, esto no quiere decir que nos escudemos de forma permanente en la inseguridad, ya que de este modo no avanzaríamos, pero sí debemos contar con la posibilidad de equivocarnos, sobre todo ante los conflictos.
Esto es , al igual que dudamos del otro, también dudamos de nosotros mismos.
“Comprender que existen más puntos de vista además del propio es el principio de la sabiduría”.
Esta situación imaginativa nos sucede día a día, de diferentes formas. Tenemos la mala costumbre de suponer y juzgar a los demás, sin darles ni siquiera la oportunidad de explicarse. Y lo peor no es eso, sino que las historias que nos contamos sobre lo sucedido, algunas incluso, son merecedoras de un Oscar. Todo porque no barajamos la posibilidad de que existen otros puntos de vista y otras formas de vivir las situaciones.
La mayoría de las veces, lo hacemos de manera inconsciente, pero existen muchas personas, que eligen ser miopes en determinadas situaciones. Puede ser por orgullo, por evitar sufrir o por cualquier otro motivo, sin embargo sea por lo que sea, a la larga esto, no sale rentable. Al final terminamos sufriendo y pueden tambalearse nuestras relaciones con los demás.
No llevamos bien, eso de no saber, de lidiar con la incertidumbre, pero a veces no nos queda otra y tenemos que aceptarlo. Pretender dar respuesta a todo y además, de la forma que deseamos es autoengañarnos y mirar hacia nuestro propio ombligo.
No está mal cuidarse, establecer límites y ponerse como prioridad, también es recomendable ser humildes, saber que existen más personas con heridas y con otros puntos de vista a nuestro alrededor y reconocer, la gran inventiva que tenemos a través de nuestro pensamiento.
Por lo tanto, mucho cuidado con las historias que nos contamos, tanto con las felices como con las trágicas. Somos grandes expertos en contarnos cuentos…
...nosotros somos la historia escrita en mañana, porque somos más lo que hacemos con lo que somos, que lo que nos decimos, porque nuestros actos tienen su eco en el día por llegar, porque como los cuentos nos reinventamos , porque los otros no existen y ya somos todos nosotros, nuestra fuente divina de inspiración, desde el Shimei al Ikigai ,nuestro propósito de vida afecta a todo lo demás y forma parte de ello, aunque siendo lo que fuimos, y lo que fuimos es lo que seremos mañana, porque somos el espejo de las almas en los otros y las puertas por abrir, somos la historia que se atreve a ser vivida, nosotros mismos con el sello de Dios y en Él mismo, siendo manifestados, nosotros somos la historia viva de nuestro futuro que se hornea ahora y se sirve en las generaciones que florecen, almas sin género, vibrantes y deseosas de experimentar y que se atreve a abrazar la Sombra que nos regala la Luz, las lágrimas de un Blues desde una copa de Vino italiano, la voz rasgada de un micrófono de un Podcast con incontinencia verbal, somos la historia que hace temblar proque ninguna la puede parar; una historia que nunca dejará de ser contada, que se disfruta siempre, pero siempre en modus,...
Show Time Babys!!!
...nosotros, somos la historia...
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